Víctor Hughes, el comerciante antillano que intentó imponer las ideas de la Revolución francesa en la isla de Guadalupe -y, junto con las ideas, también la guillotina- es un personaje real; no así el resto de la galería de hombres y mujeres que se mueven lenta y mágicamente en las páginas de "El siglo de las luces", como el conjunto de una música de pavana o gavota. Obra de poderosa imaginación y metáfora clarísima de todo el Caribe -sensual y turbulento, con languideces de siesta y brutales vientos de huracán-, este libro de Alejo Carpentier es una de las "novelas mayores" del castellano moderno. El lector se ve obligado a recorrer los oscuros túnel del tiempo, y otro laberinto no menos sombrío: el del espíritu Víctor Hughes, el Progresista, el Enamorado de la Libertad (y de la elusiva Sofía), que levantan la Máquina y marcha por caminos de sangre hacia su destino.