La obra explora la vida de Antonio José de Sucre, enfatizando la idea de su existencia como una entrega constante a la causa de la independencia y al servicio de los demás. El libro recorre su carrera militar junto a Simón Bolívar, resaltando no solo sus victorias en batallas clave como Pichincha y Ayacucho, sino también su integridad y su capacidad para ganarse el respeto y la lealtad de sus tropas. Dietrich pone de relieve la abnegación de Sucre y su disposición a anteponer el bienestar de la causa independentista a sus propios intereses. Además de su rol militar, la biografía examina su gestión como estadista, especialmente durante su presidencia en Bolivia, donde intentó implementar reformas con honestidad y visión, a pesar de las difíciles condiciones políticas. El autor también analiza las crecientes tensiones y rivalidades que rodearon los últimos años de Sucre, culminando en su asesinato, presentado como el sacrificio final de un hombre dedicado por completo a su ideal de una América libre y unida.