Bolívar y otros héroes en discursos de Andrés Eloy Blanco /José Rodríguez Iturbe
Idioma: Español Caracas, Venezuela: El centauro, 2000Descripción: 87 páginasTipo de contenido: texto Tipo de medio: no mediado Tipo de portador: volumenISBN: 9802633267| Tipo de ítem | Biblioteca actual | Colección | Signatura | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras |
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Los Discursos
Andrés Eloy Blanco
Aniversario de Carabobo/Como Diputado, en la sesión solemne del Congreso Nacional, el 24 de junio de 1939 /
Aniversario de la Independencia Nacional. Sesión del Congreso Nacional, el 5 de julio de 1942 /
Homenaje al general José Gregorio Monagas. Sesión del Congreso Nacional, el 4 de mayo de 1945 /
Bolívar en México/Acto de descubrimiento de la estatua del Libertador en el Paseo de la Reforma, en México, D.F., el 24 de julio de 1946 /
Andrés Eloy Blanco señala que a Bolívar "se le ha hecho siempre a imagen y semejanza de la intención del que lo llama". Coincide con López Contreras, a quien cita, en buscar una orientación nueva, no tradicional, del culto a los libertadores; una orientación que constituya un factor de progreso. Pero destaca que no siempre Bolívar ha sido visto con buena intención. "También hemos visto dice a los depredadores invocar a Bolívar en sus depredaciones. También hemos visto a los hombres que entraron a saco en nuestra historia montar a Bolívar en el anca de su caballo saqueador".
Resulta sumamente claro y aleccionador el consejo que sugiere: preguntar a Bolívar qué haría hoy si viviera. Su ideal es permanente; su ideario es necesariamente mudable. Y no vacila, con sensatez bolivariana auténtica, a modo de ejemplo, en sentenciar: "Él mismo nos diría que hoy no apelaría ni a su platónica concepción del poder moral, ni a su idea peligrosa del senado hereditario". Con un bolivarianismo ortodoxo y nada oportunista, Andrés Eloy Blanco recuerda que hay que acudir a las virtudes de Bolívar para "salvar a nuestro pueblo y a nuestros hombres de sus dos vicios más antiguos: el personalismo y el peculado". Bolívar es el padre del pueblo hecho nación. La Patria es la madre. Y el poeta indica: "A la Patria la queremos con las virtudes del padre. Así como nosotros pensamos en nuestra madre, tenemos que pensar en nuestra Patria, y la queremos sin oro, pero justiciera; sin perlas, pero ejemplar; sin petróleo, pero limpia como los ojos de Minerva".

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