Julio Jauregui ha tenido el acierto de contestar de la forma más directa: desde su experiencia. Son cartas de persona a persona. Habla un abuelo que pone al descubierto una vida "la gran maestra". No trata de convencer, ni de acorralar con razonamientos, ni de aplastar con el poder, ni de amedrentar con amenazas. No. La fe no es una cuestión intelectual solamente; la fe es una respuesta de la persona entera. Por eso, quienes pretenden transmitirla o alcanzarla desde la razón, no suelen conseguir sus objetivos. La fe es supraracional: corresponde a la persona. Y son cartas intimistas en las que el autor cuenta cuál ha sido su camino, qué instrumentos externos le han llevado a cada descubrimiento. Cartas de gran sabiduría, similares a tantas otras con las que miles de cristianos de todo el mundo han transmitido la fe durante siglos.