Bibliografía: p. 85-86

Ante una sociedad como la venezolana abandonada a la pasión por lo material y al desinterés por lo político, y hoy gravita entre dos individualismos que la anulan: el egoísta y el colectivista, apartándola de la brillantez de un espacio público signado por la pluralidad, queremos promover desde estas páginas el sentido de un nuevo liderazgo en el país. No se trata del liderazgo de una persona, su maquinaria y sus seguidores. A cambio, se propone algo más contundente y seguro: el liderazgo de una cultura democrática centrada en el poder del ciudadano, la autonomía, la comunicación y el diálogo, el amor y respeto por el mundo y el interés común. Todos ellos valores que, en su conjunto, nos pueden guiar a la realización de una vida más democrática entre los venezolanos.