En noviembre de 1948, cuando es derrocado el presidente de Venezuela, don Rómulo Gallegos, por fuerzas que pugnaban internamente por impedir la democratización de la sociedad venezolana y se alimentaban externamente por los terrores imperiales de una supuesta liberación nacionalista en la cual tendrían, según ellos, papel protagónico, importantes factores del comunismo internacional, se confirmaron muchos de los análisis que un solitario escritor y periodista de la provincia venezolana venía haciendo desde 1936 y el frustrado programa de febrero, en el cual el general Eleazar López Contreras logró costear las difíciles circunstancias transicionales de una Venezuela gobernada con (mala) suerte común por diferentes dictadores y un país desde la muerte del último de ellos, pretendía enrumbarse por sendas democráticas al estilo de las más modernas del mundo. Cecilio Zubillaga Perera, día a día, había seguido con contumacia analítica este proceso (y de la Venezuela que le tocó vivir) desde 1908 cuando le publican sus primeros trabajos en órganos periódicos de su natal Carora, hasta julio de 1948 cuando fallece en la misma ciudad. La pasión por el humano acontecer, su análisis y los ejemplos que del mismo se derivan, hicieron de la labor de este extraordinario venezolano una de las más impresionantes jornadas de ilustración venezolanista de la cual tengamos información. Constituye toda ella, en toda su profundidad intelectual y extensión cronológica, el corpus temático principal de esta biografía de Don Chío elaborada por el profesor Juan Páez Ávila.