De nuestro folklore ideológico. -- ¿Por qué no somos desarrollados? -- Las democracias mantenidas. -- El retorno al socialismo. -- Libertades económicas y otras libertades. -- Inflación. -- Rebelión en la oficina. -- ¿Medios de comunicación o comunicación a medias? -- Atascamiento de tráfico en el centro.
Los males procedimientos de nuestro país -América Latina- no empiezan ni terminan con la deuda externa ni con la última crisis recesiva. Empiezan muchos más atrás en el tiempo, con Felipe II, que hace cuatrocientos años nos enseñó a maldecir la riqueza, el dinero, el capital. A esperar del estado nuestro mendrugo, y a resignarnos con él. No nos enseñó a recelar con envidia de las naciones exitosas, eso lo aprendimos por nuestra cuanta. Terminarán recién cuando decidamos arrojar a la basura toda esa cultura improductiva que nos impide acertar en la aplicación de talentos y esfuerzos creativos al logro de metas materiales. Y abracemos decididamente el partido del capitalismo y la democracia liberales: el partido de la modernidad. Si usted lee este libro, nunca más volverá a pensar sobre estos temas igual como hoy lo hace. Habrá comprendido mucho sobre las raíces de nuestras incapacidades para el desarrollo económico y la estabilidad democrática.
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