De numerosos cuentos de Quiroga se desprende que hay temor, un cierto miedo a las cosas y, sobre todo, un sentimiento de vulnerabilidad que lo lleva a pintarse no vulnerable, sino vulnerado, no luchando con la muerte, sino muerto. De esta manera agota al escribirla la experiencia del temor, y lograr anticiparse a los hechos temibles derivándolos hacia una imagen de si mismo, antes de que los hechos lleguen a alcanzarlo.