Billy Wilder nació en 1906 en Viena, vivió en el turbulento y creativo Berlín de los años veinte, y desembarcó en la meca del cine en 1933. Primero como guionista y luego como realizador, Wilder sabría abrirse paso en el terreno variable y competitivo de la industria cinematográfica, en el que lo difícil no es tanto llegar como mantenerse. Para la redacción de estas memorias, Wilder cooperó con Hellmuth Karasek, guionista, autor de teatro y director del Instituto del Teatro de la Universidad de Hamburgo. También es colaborador de Der Spiegel y ha escrito la obra Literarische Quartett. De las conversaciones entre ambos ha salido este Nadie es perfecto: la perfección de la imperfección. Estas son las memorias del dios de Fernando Trueba y de otros muchos directores y cinéfilos. Guionista de un clásico como Ninotchka, de Ernst Lubitsch, y realizador de comedias, algunas regocijantes y corrosivas como Con faldas y a lo loco y La tentación vive arriba, otras amargas como El apartamento; de un notabilísimo filme judicial, Testigo de cargo; de incursiones agudas en el trasfondo de Hollywood, El crepúsculo de los dioses, o en el amarillismo de cierta prensa, Primera plana; ingenioso, provocador y hábil, Billy Wilder es una referencia inexcusable del Hollywood de siempre. En este libro desgrana los recuerdos, las anécdotas y los juicios con la misma sutileza e ironía que destilan todas sus películas.

Título original: Billy Wilder : eine Nahaufnahme