La señorita que amaba por teléfono
Series Colección nueva palabra ; 28Detalles de publicación: [Caracas] : Fundavag Ediciones, 2016. Descripción: 168 pISBN: 9789807581257Tema(s): NOVELA VENEZOLANAResumen: El retorno de la gran narradora que nunca se ha ido, la escritora que es también cronista de los tiempos y dramaturga de la intimidad. Un estilo proverbial que ya escasea, unas frases largamente descantadas. Una observadora de la escena social con ojo único, tan penetrante como revelador. Una figura intelectual hermanada con los albores de la democracia que irrumpe en 1958. Los personajes de ahora y de siempre, que ha urdido con profunda sensibilidad, retratos andantes de lo que nuestras aspiraciones, si, pero también nuestras derrotas. Esa capacidad para desgranar la cotidianidad, para ver lo que pocos ven. Nadie piensa que en el gesto anónimo se nos va la vida, las creencias, los juicios. Nos hacen falta los retratos familiares, las apetencias amorosas, las voluntades que se apagan. Nuestra épica mínima, que tanto dice de nosotros, opuesta a los grandes fastos que nos aplastan. Mas y mas subjetividad. Mas y mas introspección. Los demonios, antes de entrar en la escena publica, los vamos alimentando con nuestras propias desgracias. Pero también los sentimientos que nos ennoblecen como cultura. Una narradora que ha venido para descubrirnos lo que nosotros mismo nos ocultamos, ya sea por vergüenza, ignorancia o cobardía. Nuestro espejo podría ser el de una señorita que hablaba por teléfono.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Colección | Signatura | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras |
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Libros | Biblioteca Universidad Monteávila Colección general | Colección general | PQ8550.22 E7 S4 2016 (Navegar estantería(Abre debajo)) | Disponible | 00004963 |
El retorno de la gran narradora que nunca se ha ido, la escritora que es también cronista de los tiempos y dramaturga de la intimidad. Un estilo proverbial que ya escasea, unas frases largamente descantadas. Una observadora de la escena social con ojo único, tan penetrante como revelador. Una figura intelectual hermanada con los albores de la democracia que irrumpe en 1958. Los personajes de ahora y de siempre, que ha urdido con profunda sensibilidad, retratos andantes de lo que nuestras aspiraciones, si, pero también nuestras derrotas. Esa capacidad para desgranar la cotidianidad, para ver lo que pocos ven. Nadie piensa que en el gesto anónimo se nos va la vida, las creencias, los juicios. Nos hacen falta los retratos familiares, las apetencias amorosas, las voluntades que se apagan. Nuestra épica mínima, que tanto dice de nosotros, opuesta a los grandes fastos que nos aplastan. Mas y mas subjetividad. Mas y mas introspección. Los demonios, antes de entrar en la escena publica, los vamos alimentando con nuestras propias desgracias. Pero también los sentimientos que nos ennoblecen como cultura. Una narradora que ha venido para descubrirnos lo que nosotros mismo nos ocultamos, ya sea por vergüenza, ignorancia o cobardía. Nuestro espejo podría ser el de una señorita que hablaba por teléfono.
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