Incluye referencias bibliográficas.

Desde que se tiene uso de la razón, se han escuchado a todos los líderes políticos del país, y a la gente, en general decir que necesitamos “sembrar petróleo”, que la renta petrolera nos maleó porque la riqueza fácil nos impidió administrar con industria y sensatez la abundancia. Hoy me pregunto, sin embargo, si todo el mundo está de acuerdo con la diversificación y la convivencia de sembrar petróleo, si todos los líderes del país comparten la misma opinión y se rasgan las vestiduras lograr cada vez que prometen lograr la independencia deseada, ¿por qué la realidad se mantiene tan alejada del discurso? ¿Sufrimos, acaso, de pseudología fantástica colectiva, o será, más bien, que la retórica pública esconde un conjunto de representaciones que dan cuenta de una realidad psicosocial subyacente completamente diferente? Pareciera que las palabras no significan exactamente lo que dicen, que apuntan a un universo subterráneo que nos vemos obligados a descifrar. Debemos, entonces, leer entrelíneas, traducir los silencios, interpretar las ausencias. Este es el trabajo de María Sol Pérez Schael, “Petróleo, cultural, y poder en Venezuela”, un penetrante estudio del petróleo como la alegoría y símbolo de una psicología cultural, un descenso a los “fundamentos cognoscitivos y valorativos” que subyacen a la organización de la política petrolera y a los discursos sobre nuestro principal recurso económico.